Después de varios días esperando el buen tiempo, quedamos para realizar este recorrido por la sierra de Onil, Biar, existe muchas vías para visitar el Reconco, nosotros elegimos el inicio desde la población de Onil.
Para calentar piernas dejamos el vehículo en el Polideportivo de Onil, lugar del final de la marcha y caminamos unos cientos de metros por las calles del pueblo hasta llegar a un antiguo Pozo de Nieve, reformado, donde en todas las informaciones indicaba el inicio.
Por una pista asfaltada y teniendo enfrente de una loma una gran cruz nuestros primeros pasos empezaron con muchas ganas de conocer ésta ruta en nuestra mente hace tiempo.
La pista asfaltada continua recto, nosotros cogimos una pista de tierra que sale a la izquierda, empezando en ella una pequeña subida de fácil caminar hasta llegar un conjunto de casas de campo, hay un cruce hacia ellas y otro que sube cerrado con cadenas, tomamos éste y después de andar unos metros localizamos la entrada al sendero.
Según nuestras indicaciones éste camino nos llevaría al cruce con el PRCV88, el terreno muy árido la poca lluvia de días anteriores no había sido bastante para empapar la tierra.
Suavemente fuimos ganando cota y pudimos ver la Bahia de Alicante y cerca la población de IBI
Entre pinos y carrascas y lomas con matorrales pasaron los siguientes minutos
Diversas bajadas y subidas nos repetían el mismo panorama.
En una de ellas, vimos la ruta de regreso e indicaciones para nuestros próximos pasos, siendo ya éste camino más cómodo de pisar.
No vimos ningún cartel de PR, pero marcas que nos indicaban el sendero hacia el Reconco.
Una suave pendiente entre pinos nos llevó a una zona de posible escalada ya que su entorno la definía
Una vez cruzado el lugar pudimos ver nuestro destino.
Un nuevo cruce debidamente marcada con las señales amarillas y blanca nos indicaba la ruta a seguir una pequeña pendiente que cubriríamos rápidamente y encontrarnos la carretera que lleva la cima del Reconco,( en la última foto puede verse en el mosaico la caseta del forestal rodeada con multiples antenas de telefonía), nuestra estancia fue corta, sólo beber agua, almorzar sería en otro lugar lejos de las contaminación del lugar.
Lo dicho, nuestro almuerzo fue lejos de las antenas en el último cruce donde se encontraba el camino de descenso.
El entorno se repetía al de nuestra subida, tierra árida, matorrales secos y grupo de pinos.
Ya a nuestra vista Onil, y después de atravesar un barranco con el clásico cauce de un rio seco, fuimos perdiendo cota hasta llegar a la espalda de la gasolinera y polideportivo donde habíamos dejado el coche.
Seis horas habíamos cubierto nuestro deseo de visitar el Reconco, quizás en otra época más húmeda y con frio se hubiera hecho mejor, no aconsejable en verano.
